viernes, 26 de diciembre de 2014

Miróbriga



Ésta que, contra el cielo de Castilla, alza la seo y corta su castillo; ésta que mira en Águeda su brillo desde alto cerro que viejo muro anilla;
ésta, de nobles piedras, alta silla 
que en ocre pintan, en oro y amarillo, 
Ciudad Rodrigo es, el bravo anillo, 
prez de España, orgullo y maravilla.
Póstrese, Miróbriga a tu planta 
y dígase feliz el que se allega 
a mirarte y, tenga por seguro,
que no verá después nobleza tanta 
quien haya contemplado de la vega 
tu catedral, tu alcázar y tu muro
Carlos Muñoz-Caravaca Ortega.








lunes, 15 de diciembre de 2014

Mi  Salamanca

Alto soto de torres que al ponerse
tras las encinas que el celaje esmaltan
dora a los rayos de su lumbre el padre
Sol de Castilla;
bosque de piedras que arrancó la historia
a las entrañas de la tierra madre,
remanso de quietud, yo te bendigo,
¡mi Salamanca!

Miguel de Unamuno.



martes, 9 de diciembre de 2014

Niebla

 NIEBLA

Me cuesta como nunca
nombrar los árboles y las ventanas
y también el futuro y el dolor
el campanario está invisible y mudo
pero si se expresara
sus tañidos
serían de un fantasma melancólico
la esquina pierde su ángulo filoso
nadie diría que la crueldad existe
la sangre mártir es apenas
una pálida mancha de rencor

cómo cambian las cosas
en la niebla...
...la niebla no es olvido
sino postergación anticipada

ojalá que la espera
no desgaste mis sueños
ojalá que la niebla
no llegue a mis pulmones
y que vos muchachita
emerjas de ella
como un lindo recuerdo
que se convierte en rostro

y yo sepa por fin
que dejas para siempre
la espesura de ese aire maldito
cuando tus ojos encuentren y celebren
mi bienvenida que no tiene pausas.

Mario Benedetti




martes, 2 de diciembre de 2014

Zamora II




Esta es Zamora eterna y romancera,
discutido solar para Numancia; 
con la enseña bermeja, frente a Roma 
la mano de Viriato la levanta, 
haciendo de su tierra pobre y seca 
el mas viejo solar que tuvo España.

Frontera de la fe de Covadonga 
al musulmán detuvo su muralla; 
conoció la grandeza de ser Reino 
cuando tuvo por Reina a Doña Urraca 
que defendió con mano de mujer, 
su nombre a la ciudad, de bien cercada; 
la única plaza que ni el mismo Cid 
la pudo conquistar con sus mesnadas.

Esta es Zamora, eterna y romancera 
que ha olvidado la gloria de sus armas 
para ser la Zamora laboriosa 
que labra, que produce y que trabaja; 
la que dora la tierra con sus mieses 
y las vides la pintan de Esperanza; 
la que entrega sus ríos al progreso, 
la que embalsa su tierra con sus aguas 
que en conductores de cobre se las llevan 
a mover fuera de aquí, miles de máquinas.

Esta es Zamora eterna y romancera 
que sabe ser también nervio de España, 
la que antes fue solar de nuestra historia 
se ha vuelto corazón de nuestras fábricas.

Federico Acosta.








miércoles, 26 de noviembre de 2014

Hondarribia


Mi alma baja de noche por el cauce del Bidasoa
a diluirse en el mar, trazando rutas viajeras,
señalando caminos,

y regresa, rompiendo el alba,
en un estallido de espumas,
para recuperar el sabor de tus playas,
el sonido de tu música viva,
el olor de tus praderas.


Quiero vivir contigo y en ti,
si tengo que segar, siego,
si he de cantar, canto, 
si rezar, rezo,
si necesitas mi trabajo en tu tierra
calzo unas albarcas y unzo las yuntas,
si debo escuchar, oigo el crujido de tus robles,
y si acabar,
siempre en tus montes,
amando hasta el último caserío,
empapado de tu esencia.
Fernando Jimenez Ontiveros.





domingo, 23 de noviembre de 2014

Zamora I



Sobre el muro de Zamora;  
vide un caballero erguido;  
al real de los castellanos  
da con grande grito:  
—¡Guarte, guarte, rey don Sancho, 
no digas que no te aviso,  
que del cerco de Zamora  
un traidor había salido;  
Vellido Dolfos se llama,  
hijo de Dolfos Vellido,  
si gran traidor fue su padre,  
mayor traidor es el hijo;  
cuatro traiciones ha hecho,  
y con ésta serán cinco!  
Si te engaña, rey don Sancho,  
no digas que no te aviso.  
Gritos dan en el real:  
A don Sancho han mal herido!  
¡Muerto le ha Vellido Dolfos;  
gran traición ha cometido!  
Desque le tuviera muerto,  
metióse por un postigo,  
por las calle de Zamora  
va dando voces y gritos:  
—¡Tiempo era, doña Urraca,  
de cumplir lo prometido!





miércoles, 19 de noviembre de 2014

Salamanca de noche I

Mercedes A. Blanco

Alguna noche un alma vagabunda hace caminos de agua en medio del silencio
por un cielo sin pájaros de luz.
Oscuridad medrosa
de pasos asustando los sosiegos de la ciudad que duerme ajena a la presencia
de un ánima que expía pecados caducados
arrastrando apátridas cadenas por las calles vacías
en busca de una deuda
pendiente de saldar con el lugar raíz de sus orígenes.
Alguna noche un alma vagabunda regresa de ultramundos subterráneos
a cumplir la promesa:
escribirle a su pueblo aquellos versos que una vez escuchó
susurrar a las piedras
llorándole los ojos carcomido, voz de boca de tierra, a la intemperie del rigor de enero.
De la ciudad dorada he despreciado el oro y he tomado la greda. He escuchado el suspiro quejumbroso de las cosas sencillas: de un árbol afligido,
de una esquina ignorada,
de una roca maldita,
de un pájaro enojoso,
de una farola triste,
de un batracio impertérrito,
de una plaza escondida,
de lo que pudo ser aquella sombra que pasó a nuestro lado humildemente desapercibida.
Alguna noche lúgubre y monotona, uno escribe un poema, queja o amor de calles solitarias, y se siente el punto G del mundo.





viernes, 14 de noviembre de 2014

Orillas del Río



    ¡Oh tierra ingrata y fuerte, tierra mía! 
¡Castilla, tus decrépitas ciudades! 
¡La agria melancolía 
que puebla tus sombrías soledades! 
    ¡Castilla varonil, adusta tierra, 
Castilla del desdén contra la suerte, 
Castilla del dolor y de la guerra, 
tierra inmortal, Castilla de la muerte! 
    Era una tarde, cuando el campo huía 
del sol, y en el asombro del planeta, 
como un globo morado aparecía 
la hermosa luna, amada del poeta. 
    En el cárdeno cielo vïoleta 
alguna clara estrella fulguraba. 
El aire ensombrecido 
oreaba mis sienes, y acercaba 
el murmullo del agua hasta mi oído. 
    Entre cerros de plomo y de ceniza 
manchados de roídos encinares, 
y entre calvas roquedas de caliza, 
iba a embestir los ocho tajamares 
del puente el padre río, 
que surca de Castilla el yermo frío. 




    ¡Oh Duero, tu agua corre 
y correrá mientras las nieves blancas 
de enero el sol de mayo 
haga fluir por hoces y barrancas, 
mientras tengan las sierras su turbante 
de nieve y de tormenta. 
y brille el olifante 
del sol, tras de la nube cenicienta!... 
    ¿Y el viejo romancero 
fue el sueño de un juglar junto a tu orilla? 
¿Acaso como tú y por siempre, Duero, 
irá corriendo hacia la mar Castilla?
Antonio Machado.






domingo, 9 de noviembre de 2014

Gárgolas



Monstruosas guardianas,
desafiantes depositarias
de antiguos mitos,
con corazón de piedra
su nombre es un gruñido
que ahuyenta los peligros
en la noche escondidos.

Durante el día duermen
con una mueca burlona,
sobre arcaicos tejados,
indiferentes al tiempo
y a la vida mundana de los
mortales que las erigieron.

Ni brujas, ni demonios,
ni criaturas malditas,
enfrentan a esta sociedad
de pétreas protectoras.
Triquicia Vargas.



miércoles, 5 de noviembre de 2014

Otoño.


Me inscribo en este otoño
con sabor a sequedad
y tierra nueva,
me envuelvo enredadera
de nubes disecadas
para la despedida
de la luz
y su vértice impreciso.
Que sea este suicidio
un lecho de amarillo.
Huelen las tardes
a girasoles negros
y se advierten en mis manos
las granadas abiertas del olvido.
Este suicidio
de recoger tu sombra,
hojas secas para el libro
de tu ausencia
y reconocerte carcomido de vacíos.
Este suicidio
el amor que me sobra,
este amarillo.

Aida Acosta.




sábado, 1 de noviembre de 2014

Cementerio Castellano





La tosca cruz de piedra
        de tus tapias de barro
queda, como un guardián que nunca duerme,
de la campiña el sueño vigilando.
        No hay cruz sobre la iglesia de los vivos,
en torno de la cual duerme el poblado;
la cruz, cual perro fiel, ampara el sueño
de los muertos al cielo acorralados.
¡Y desde el cielo de la noche, Cristo,
        el Pastor Soberano,
con infinitos ojos centelleantes,
recuenta las ovejas del rebaño!
¡Pobre corral de muertos entre tapias
        hechas del mismo barro,
sólo una cruz distingue tu destino
en la desierta soledad del campo!

Miguel de Unamuno

lunes, 27 de octubre de 2014

Salamanca II

Uno escribe siempre la misma canción,
sobre un niño con cara de viejo,
que se atreve a volar bajo el cielo marrón,
que agoniza detrás del espejo.

Uno canta siempre la misma canción
otra noche en el bar de la esquina,
cerca de la estación donde duerme un vagón,
cuando el tiempo amenaza rutina.

Uno rumia siempre la misma canción
como un perro ladrando a la luna,
con la misma trompeta y el mismo trombón
de mariachi que estuvo en la tuna.

Uno acaba nunca la misma canción
que construye a trancas y barrancas,
luego llega la hora de alzarse el telón
y es un lujo que sea en Salamanca.
Joaquin Sabina



miércoles, 22 de octubre de 2014

Galicia

Madrigal á cibdá de Santiago
Chove en Santiago,
meu doce amor.
Camelia branca do ar
brila entebrecida ó sol.
Chove en Santiago
na noite escura.
Herbas de prata e de sono
cobren a valeira lúa.
Olla a choiva pola rúa,
laio de pedra e cristal.
Olla no vento esvaído,
soma e cinza do teu mar.
Soma e cinza do teu mar,
Santiago, lonxe do sol;
ágoa da mañán anterga
trema no meu corazón.


Madrigal a la ciudad de Santiago
Llueve en Santiago,
mi dulce amor.
Camelia blanca del aire
brilla entenebrecida al sol.
Llueve en Santiago
en la noche oscura.
Hierbas de plata y de sueño
cubren la vacía luna.
Mira la lluvia por la calle,
lamento de piedra y cristal.
Mira el viento desvanecido,
sombra y ceniza de tu mar.
Sombra y ceniza de tu mar,
Santiago, lejos del sol:
agua de la mañana antigua
tiembla en mi corazón.

Federico García Lorca.



domingo, 19 de octubre de 2014

SALAMANCA I


...En este patio que se cierra al mundo
y con ruinosa crestería borda
limpio celaje, al pie de la fachada
que de plateros

ostenta filigranas en la piedra,
en este austero patio, cuando cede
el vocerío estudiantil, susurra
voz de recuerdos....

...Oh, Salamanca, entre tus piedras de oro
aprendieron a amar los estudiantes
mientras los campos que te ciñen daban
jugosos frutos.

Del corazón en las honduras guardo
tu alma robusta; cuando yo me muera
guarda, dorada Salamanca mía,
tú mi recuerdo.
Y cuando el sol al acostarse encienda
el oro secular que te recama,
con tu lenguaje, de lo eterno heraldo,
di tú que he sido.

Miguel de Unamuno